El domingo 15 de marzo y tras un anuncio del presidente Alberto Fernández, se suspendían las clases en jardines, primarias y secundarios hasta el 31 de marzo para intentar frenar o demorar la propagación del coronavirus en Argentina. Sin embargo, la medida se prorrogó y la idea de volver a clases presenciales por estos tiempos quedó trunca al observarse el crecimiento constante del virus en gran parte del territorio.
En aquellos primeros días sin clases presenciales se debió trabajar a contrarreloj para garantizar la continuidad pedagógica y con el paso del tiempo se han ido puliendo algunas cuestiones, aunque también se han ido generando otras dificultades. Y esto ameritó un diálogo con la Inspectora Jefe Distrital, Constanza Crovetto.
“La educación es un punto clave y complejo al mismo tiempo en esta realidad y que nos tiene trabajando en conjunto al distrito entero y pensando siempre en nuevas estrategias para alcanzar las metas”, analizó rápidamente Constanza Crovetto.
Comparando la situación al comienzo de la pandemia cuando se debieron suspender las clases a este presente, Crovetto afirma que se ha mejorado muchísimo. “Salimos a hacer lo que mejor pudimos y a medida que fuimos avanzando en el tiempo pudimos ir corrigiendo y mejorando algunas cosas. Estamos intentando llegar a todos lados y cada docente piensa una clase a través de tres o cuatro propuestas: TV, radio, cuadernillos, plataformas digitales y hasta videollamadas”, explica las estrategias para poder llegar a todos los alumnos, aunque también reconoce que “nos falta seguir mejorando. Las problemáticas han ido cambiando a lo largo del año y hoy están centradas en nuestros adolescentes, en que puedan entender el sentido de nuestras propuestas. Como también el sentido de la escuela en sí”.
L.V.: ¿De qué manera lo están haciendo?
C.C.: Trabajamos mucho con los centros de estudiantes, junto a los inspectores, con juventud y la Dirección de Educación del Municipio en encuentros para poder escuchar a ellos para saber qué les preocupa, cómo se sienten, qué cosas están necesitando.
A partir de eso armamos una semana de la primavera joven de manera virtual y que se diagramó con propuestas de los chicos.
También estamos trabajando en la construcción del sentido: para qué estamos haciéndolo. Es importante remarcarles que este año no está perdido, que todo esto se va a sumar y se va a tener en cuenta el año que viene.
Durante la charla con Constanza Crovetto se mencionó que uno de los puntos que más se extrañan del día a día escolar es el contacto con el otro y el aprender con el otro. Y que, quizás, es uno de los factores que más está costando. “Nos falta ese contacto en la educación. A veces lo logramos en una videollamada o en un zoom, pero nos cuesta a todos”, confiesa.
L.V.: Muchos sostienen que este es un año perdido para la educación. ¿Es así?
C.C.: No. Por supuesto que no es un año perdido. Tampoco puedo decir que es ganado. Pero sí puedo decir que hemos aprendido muchísimo y hemos puesto en valor muchas cuestiones, no solo desde el contenido pedagógico sino también desde la escuela en sí.
La sociedad pudo entender la importancia de los docentes, el trabajo diario y el rol de la escuela como organizador social.
No es un año perdido porque el sistema nos hizo pensar en los contenidos prioritarios. Cuáles son los que no podemos dejar pasar.
Este año particular en todos los sentidos nos permitió ver qué dificultades tenemos en el área de educación como en la vida. Pero también sirvió para revalorizar muchos de los trabajos que se hacen de manera invisible y uno de los que destaca Crovetto es el articulado entre la Jefatura y el Consejo Escolar como con el Municipio.
Uno de los últimos disparadores de la entrevista con la Inspectora Jefe Distrital, Constanza Crovetto, es el desafío para el año próximo que poco se habla, pero que tiene una importancia real: la diversidad del aprendizaje. “Sabemos que no todos aprendemos en los mismos tiempos dentro del aula y hoy esa diversidad la tenemos más marcada en la falta de conectividad o de recursos, y eso es lo que más nos duele y en cuestiones de agenda es una prioridad. El año que viene vamos a tener que ver cómo están cada uno de nuestros alumnos y poder pensar nuevas propuestas”, analizó.
L.V.: ¿Es vital que comiencen las clases en marzo?
C.C.: Sí, siempre y cuando las condiciones sanitarias estén dadas. Estamos necesitando reencontrarnos en las escuelas no solo por lo pedagógico sino por lo emocional y vincular.
