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El primer campeonato, la primera casa

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El próximo viernes, el Club Atlético San Miguel cumple medio siglo de vida y estamos recreando momentos trascendentales de estas cinco décadas, desde su fundación a este presente en el 2021.

Eduardo “Kilo” Valerga ha sido uno de los protagonistas fundamentales de estas cinco décadas de historia y, si bien estuvo presente aquel 26 de febrero del 71 cuando se fundara el Club, su partida hacia Río Gallegos para hacer el servicio militar le impidieron ver el primer título de la institución recientemente formada que no fue en la Liga de Lobos, sino en el viejo baby del Club Independiente, en el predio de la sociedad Española.

Justo me fui a la colimba o sea que me iba enterando de cómo iba el campeonato por las cartas que me mandaban los muchachos desde acá. En Gallegos había muchos que estaban al tanto de lo que pasaba en el Independiente y el día que recibí la carta con la noticia que éramos campeones y la foto del recordado gol de palomita de Michi Semino, firmada por todos los muchachos, me felicitaban como si yo hubiese jugado esa final. La foto todavía la tengo, pero debe estar entre las cosas que eran de mi vieja”, recuerda Kilo que, unos pocos años más tarde, sería el presidente de la institución.

En 1975, y con tan sólo 25 años de edad, Eduardo asumió la presidencia de la institución y se encontró en unos pocos años con varios hitos históricos que quedaron marcados en la memoria de los simpatizantes del club.

Posiblemente el de mayor trascendencia haya sido el primer campeonato que San Miguel obtuviese en 1978 y que Kilo recuerda especialmente porque después de algunos años sin mayores resultados y con toda la euforia del Mundial se volvió a reunir a los mejores jugadores del pueblo. “De la mano de Juanito Riego y Coneja Eyheramonho se armó un equipazo que ganó los dos campeonatos de ese año, venciendo a Palermo en la final. Después del primer título, hicimos una cena en el Sportsmen para festejarlo. Calculábamos unas 200 personas, pero fueron más de 600. Fue una verdadera fiesta”, recuerda Kilo de una época en la que también había comenzado con muchísima fuerza el fútbol infantil en el club.

Desfile inaugural en cancha de Atlanta, junto a la delegación de estudiantes de Buenos Aires.

Desde 1972 que la institución tenía divisiones menores que jugaban en la Liga de Lobos, pero eran sólo dos categorías que competían en un torneo en el que eran pocos los clubes participantes. En 1977, el año del fallecimiento de Pedrito Zamora, primer presidente del Club, se iniciaron gestiones para comenzar a participar de los torneo de AFI (Asociación del Fútbol Infantil) una entidad en la que jugaban equipos de AFA (Lanús, Tigre, Racing, Deportivo Armenio, Argentinos Juniors y Atlanta, entre otros), junto con clubes de barrio, como EFIL de Lobos, Luz y Fuerza o AFALP. Precisamente en la cancha del bohemio (Manuela Pedraza y Cramer) se hizo el desfile inaugural y de aquí fueron un contingente de chicos y muchísimos padres a acompañar. “Yo iba en un Fiat 600 desde la casa de mis suegros y cuando estaba llegando a la cancha, por saludar al micro con los chicos que llegaba justo en ese momento, choqué a uno de los patrulleros que estaban a cargo de la seguridad. No le hice nada, pero se me vinieron todos los policías encima. Adentro de la cancha fue muy emocionante porque había chicos de todos lados y ahí estaban los marroncitos que recién empezaban a codearse con los poderosos”, cuenta hoy quien luego fue parte de una de las comisiones directivas conducida por Valerio Pico y que por aquello años conducía los destinos de un proyecto que, si bien no fue tan fructífero desde lo deportivo (con resultados magros), originó una movida que, con el tiempo, dio sus frutos. Jugadores como Cristian Alonso, Horacio Maíz, Ignacio Ehyeramonho, Oscar Franco y Adolfo Ferraresi surgieron de esos equipos de AFI, así como también muchos de los integrantes del TACO96, el torneo regional más importante que obtuviese el club a lo largo de su historia.

Por aquellos años también se firmó un convenio con el Municipio, encabezado por Golo Azaro, para que el club utilizase el estadio Municipal en un comodato con 10 años de duración, en los que se cambió completamente el alambrado perimetral (“Julián Alles con sus muchachos hacían la obra, pero nosotros íbamos sábado y domingos a ayudarle a hacer los pastones y acarrear postes y tejidos”), se hizo la cantina que aún está en uso y se comenzaron los vestuarios nuevos que se terminaron de construir hace algunos años.

Kilo rememora, una tras otra, anécdotas de aquellos años, el recuerdo de su gran amigo Pedrito Zamora, las anécdotas de Juancho, Menta Fredez, esa primera sede en el local de María Aón, frente a la plaza y la oportunidad de tener, por primera vez, un edificio propio. “La casa de la calle Pordomingo la compramos en un remate público que hizo Julio Ichazo. Me acuerdo que tuvimos que ir a firmar la escritura a Bolívar, porque los herederos de la dueña eran de allá. Esa sede después se vendió y sirvió en parte para comprar el Polideportivo”, cuenta uno de los hombres importantes de la vida de la entidad marrón.

Es que San miguel, como la inmensa mayoría de las instituciones, se fue construyendo paso a paso, con el aporte, en modo hormiga, de un montón de gente que una vez tuvo un sueño y que le puso el hombro para hacerlo realidad.