Cuando se transita la etapa de la niñez por lo general los dibujitos animados y superhéroes son tomados como espejo por los más chiquitos. Eso pasó hace muchos años y sigue sucediendo en el siglo XXI. Pero no todos son iguales: algunos quisieron ser el “Caballero Rojo”, otros Batman y en la actualidad “Soy Luna”. También hay lugar para quienes optaron por desarrollar una pasión que llevaban bien adentro: relatar partidos de fútbol, no de primera división, sino aquellos que jugaban sus amigos al costado de la Iglesia o en la misma calle que hoy forma parte de la Plaza Principal.

Mientras sus amigos jugaban un picadito, Fabio utilizaba la gruta de la parroquia como cabina, se metía dentro y con un palito cualquiera simulaba un micrófono. De esa forma despuntaba el vicio, la pasión. A veces a la gruta la cambiaba por treparse a la planta para tener más panorama, con tan solo 12 años y muchos sueños por delante imitaba al gran José María Muñóz.

La vida lo fue llevando como a cualquier adolescente. Pasó el colegio, amores de verano, vacaciones y muchas cosas más. Pero siempre mantenía una cotidianidad: relatar y escuchar radio. “Vivía escuchando radio. A veces era Rivadavia y otras Del Pueblo. La pasión por relatar la tuve desde chico cuando escuchaba a Muñóz o Víctor Hugo Morales, entonces cada vez que nos juntábamos con los amigos a jugar yo era quien relataba”, cuenta González sentado en la recepción de la radio en Intendente Buzzi.  

La historia de Fabio Horacio González con la radio no nació en la “Mañana 90”, lo arraiga desde la infancia y aún ese fuego se mantiene encendido cada vez que uno sintoniza 90.1, es que el motor de su motivación no está en el dinero, sino en sentarse frente al micrófono. Ya son 30 años de continuidad al aire y para los herenses es un ritual tomar unos mates escuchándolo por las mañana. “En 1987, los primeros días de marzo, empecé a hacer radio oficialmente sobre la calle Mitre (lo que hoy es Hipólito Pordomingo). Antes relataba los partidos en el Athletic Sportsmen Club y luego me llamó Alberto Arozarena para comenzar en esto”, detalla.

En aquel momento Fabio hizo dupla con Arozarena, también con Alberto César. Sin embargo, años después, inició su propio camino en soledad y que aún perdura como lo es “Mañana 90”, que va de 8 a la 12.30 horas. Hoy es conductor y operador, pero mantiene ciertas características para captar a los oyentes. “Muchas veces sobre actúo para poder entretener, también muevo los brazos y gesticulo para tener seguridad. Pero en mis programas no puede faltar la alegría, la simpatía y la motivación”, expresa el hijo mayor de Doña Chona y hermano de Pablo y Luciano.   

La radio fue nómade en un lapso, porque nació en calle Mitre como la propaladora, pasó por la 25 de Mayo, en Lozano y también en Rivadavia, para plantar bandera en la Intendente Buzzi desde hace 10 años. También sus trabajos como ferroviario, albañil, canillita y almacenero. Mientras que siempre le fue fiel a la radio. Aunque en el 2001 tuvo su incursión en la tele en el canal local. “Fue un año y medio, aproximadamente. Mi intención era tratar de mostrar lo que no podía en la radio. Además tuvo la particularidad de que ahí me conoció la gente porque hasta el momento solo me escuchaba”, apunta Fabio respaldado en la silla ante retratos fotográficos y objetos de Deportivo Morón, donde sobresale una butaca del antiguo estadio obsequiado por Roberto Moggia.

DSCN2601Día tras día ante el micrófono y escuchado por cientos de vecinos, Fabio tuvo momentos destacados como aquel llamado de Adolfo Agüero desde Finlandia para hacer un móvil del partido de Argentina en el Mundial Sub 17. O aquel día que transmitieron al mismo tiempo desde el Estadio Municipal a Argentino contra la reserva de Boca y una carrera de automovilismo del TC del Oeste. Mientras que hay otros inolvidables: “Lo más anecdótico fue cuando en la inauguración del circuito de Marcos Paz hice una salida con el handy apagado sin darme cuenta. Iba comentado lo que pasaba, entrevistaba a los presentes, estaba muy compenetrado y después me quería matar”, relata González a quien, enseguida, el recuerdo le despierta una carcajada. En tanto que la mayor alegría la recibió con un llamado de Carlos Eyheramonho para relatar por Radio Colonia la Final de la divisional “D” entre Argentino de Merlo y Deportivo Paraguayo junto a Daniel Cacioli. “Otro momento emocionante fue relatar mi primer partido a Morón”, añade.

El incesante ida y vuelta entre La Voz y Fabio González no se detenía. Las primeras gotas del jueves por la tarde y el cielo gris así lo permitían. Aunque la siesta sagrada para quien conduce “Mañana 90” podía demorar unos minutos más porque su otra pasión “Deportivo Morón” lo ameritaba. “Mi amor por el Gallo comenzó a los 12 años por un primo que jugaba en la primera. Pero después  mi primo no era la excusa para ir, sino que sentía que iba por Morón. La gente me atrapaba, es difícil de explicar porque, por lo general, uno es de un equipo de primera y de otro. Eso a mí no me pasó”, cuenta.

La casa de Fabio hoy también es estudio de su propia radio. Porque la vida y las pasiones para él siempre fueron por vías separadas. Hasta que la llegada de Alexis, su hijo, las forjó en una sola. Porque hace más de 7 años, por medio de la radio, pudo conocer a la mamá de su hijo, que hoy vive en Ituzaingó, Corrientes. “La llegada de Alexis me dio alegría y tristeza. Alegría porque me permitió ser padre a los 45 años. Tristeza porque lo tengo lejos”, comenta y hace silencio, aunque con la mirada busca la foto que exhibe en una de las paredes para tenerlo cerca. Yañade: “Pienso en él todo el día, todos los días. Por suerte puedo ir a verlo todos los meses o, a veces, cada  20 días. Siempre lo traigo para las vacaciones de invierno, para Año Nuevo y en verano”. Sin embargo cada despedida son lágrimas derramadas por los dos pero un intenso amor más allá de la distancia, aunque siente que Las Heras es el lugar para que puedan vivir juntos.

Los 30 años en la radio y una celebración más por el Día del Periodista lo convierte a Fabio en uno de los refentes de General Las Heras. El cariño de la gente lo recibe con tener la radio sintonizada en 90.1 y la sorpresa la tiene cada vez que alguien lo llama por algo que escuchó.

La vida de Fabio González no tiene divergencia de muchas otras. Pero él logró de la pasión un estilo de vida. Algo que nació desde muy chico y aún sigue latente.