En sus comienzos quizás ni él imaginaba que con una paleta podía llegar a recorrer parte del mundo pero, aún más lejano, participar de seis mundiales y llegar a ser campeón del mundo. Sin embargo, en cuestiones de sueños no hay impedimentos para alcanzarlos y así fue como Facundo Kennedy, año a año, fue cosechando experiencia, cambiando de mentalidad, centrándose en los entrenamientos y convirtiéndose hoy en uno de los referentes máximos de la disciplina a nivel nacional y del otro lado de la frontera.
“En los últimos días de junio estuvimos en el País Vasco porque en Barcelona, por el mes de octubre, se va a estar disputando el Mundial. Entonces fuimos porque allá es donde más se juega la especialidad (pala corta y palita) y están los mejores jugadores”, explica Facundo Kennedy.
El herense estuvo acompañado de Juan Firpo, Pablo Fusto, Carlos Dorato, Joseba Bilbao, Sebastián Andreasen, con quienes entrenó por diferentes escenarios tanto en Biskaia como en Francia. “Dentro de 15 días, en Funes, van a estar dando la lista definitiva para el Mundial donde solo van cuatro. Solo resta esperar”, dice Kennedy que tiene la misma ilusión de estar en la delegación como la primera vez.
La diferencia entre realizar los entrenamientos en el Cenard o en el País Vasco no solo se centra en los jugadores, sino también en la composición de las canchas porque las de allá tienen el piso más plastificado, tienen otra velocidad y eso a la hora de afrontar un certamen con los mejores son detalles que definen partidos.
“Estoy entrenando muy bien. Me veo con chances pero hasta que no está la lista la duda y la expectativa la voy a tener”, agrega.
Este Mundial a diferencia de la Copa del Mundo del año pasado y que también Facundo Kennedy participó radica en que solamente estarán las mejores selecciones de pala corta: Argentina, Francia, Cuba y España. “Es el torneo más lindo para jugar”, expresa el herense.
Ponerse la celeste y blanca y defender los colores más allá de cualquier disciplina deportiva siempre es especial y Facundo Kennedy lo deja bien en claro: “Si quedo en este Mundial va a ser el séptimo de mi carrera. La verdad que siento lo mismo que sentí en mi primero allá por el 2007. Ya cuando vas al Cenard y ves a otros deportistas entrenar te contagian las ganas de seguir esforzándote y mejorar cada día. Poder representar a tu país es lo más lindo que hay, también al pueblo, a mi familia mis amigos. Siempre da mucho orgullo vestir la remera de Argentina”, concluye el pelotari.
Quizás en poquito tiempo tendrá la confirmación de estar o no en Barcelona, en octubre. Si la respuesta es positiva afrontará su séptimo torneo mundial y en caso de ser negativa alentará desde el lugar que le toque porque así lo siente. Verdaderamente un distinto dentro de la cancha pero también fuera de ella.
