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Laura Lewin y una capacitación poniendo el foco en el aprendizaje

Más de 200 docentes y directivos dijeron presentes en el gimnasio del ISLG para participar del seminario. “Si querés que tus alumnos aprendan, dejá de enseñar”, fue uno de los conceptos. Además, habló de la actualidad.

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Risas, alegría, bailes y hasta silencios… eso hubo entre los docentes y directivos que se hicieron presentes en el gimnasio del Instituto San Luis Gonzaga para ser partes de una capacitación muy  especial. Y mucho tuvo que ver Laura Lewin, quien fue la disertante y maravilló a todos.

Los silencios permitían a Lewin explicar detalladamente cada uno de sus conceptos. Los bailes y las risas aportan momentos de distracción para que todo sea llevadero. Mientras que la alegría estaba extendida entre los más de 200 docentes y directivos que llegaron de diferentes ciudades para seguir aprendiendo de su profesión.

Estamos reunidos para hablar de educación y lo que estamos viendo es cómo podemos hacer para que los chicos aprendan. Muchas veces pasa que el docente se concentra en él: en qué tiene que enseñar, cómo tiene que enseñar. Y no necesariamente en el alumno. Entonces una vez terminada la clase los chicos se acuerdan muy poco. Por eso estamos trabajando en cómo hacer para que lo que les enseño les sirva, le parezca interesante aplicable a su vida y, además, con técnicas y estrategias más alineadas con el alumno del siglo XXI”, explicó Laura Lewin en un pequeño break durante la capacitación.

Haciendo referencia a si el aula debía tener una similitud con el gimnasio del San Luis, donde había alegría y silencias, Lewin dijo que “un aula tiene que ser el lugar donde los chicos estén sentados en grupo, porque la información ahora no solo viene del docente, viene de un celular, de una computadora, de pensar, de investigar, de trabajar en grupo y en proyectos. Con chicos que tal vez estén haciendo diferentes cosas porque no podemos pretender que todos deban aprender en masas lo que quiere el docente. Lo ideal es tener un aula que pasen cosas interesantes”, analizó.

“Si querés que tu alumno aprenda, dejá de enseñar”, fue una de las frases de cabecera con la que se anunciaba la presentación del taller de Laura Lewin y justamente la capacitadora hizo referencia a esta reflexión. “Es descentralizar la clase y no que siempre sea lo que yo quiero, cuando yo lo quiero y como yo lo quiero. Sino poner al alumno en el centro de la escena entendiendo qué necesita para aprender… Primero necesita novedad; es decir que si yo no le genero algo que haga que me mire no va a poder escuchar si yo estoy desarrollando una clase. Segundo, vínculos; sin vínculos no hay aprendizajes. Tercero la seguridad, porque el chico debe sentirse seguro para poder desplegar todo su potencial creativo”, reveló Lewin y agregó que “hay muchas cosas que tenemos que tener en cuenta al momento de enseñar y para mantener al alumno interesado”.

Laura Lewin también hizo hincapié en cómo los docentes después del taller aplican los conocimientos dentro del aula. “Justamente yo hago que aprendan y no enseño. Todo lo que hago en mi taller es todo lo que ellos hacen cuando llegan a sus aulas. Es decir, la atención es psíquica: va y viene, va y viene. Es imposible que las cuatro horas que dura el taller me estén escuchando a mí. Por eso cada 15 minutos hago algo que genere una emoción diferente: desde escucharme a mí, explicar con sus palabras, hablar con su compañero, bailar, porque tengo que hacer un recreo cerebral para que el cerebro se relaje, trabajamos con movimiento. Todo lo que hago ellos lo replican en sus aulas, entendiendo el porqué. Yo no solo hablo del arte de enseñar sino de la ciencia de enseñar. Cuando vos justas el arte y la ciencia te empoderas, sabes lo que estás haciendo y obtenés mejores resultados en el aula”.

Estábamos a días de un nuevo comienzo de clases y Lewin se hizo lugar para responder acerca de su visión de la educación argentina. “Tenemos docentes que siguen enseñando como ellos aprendieron. Tenemos alumnos de este siglo y no del pasado. Es lo mismo que esperar que un médico te opere con un método del siglo pasado, habiendo cosas mucho más modernas y efectivas. Tenemos que entender que debemos dejar de enseñar en función desde lo que se sabía de educación y empezar a enseñar en función de lo que se sabe hoy de educación”, observó.

Por último, Laura Lewin, capacitadora, consultora y autora de varios libros de educación, no quiso esquivar la realidad salarial y las condiciones dentro del aula. “Creo que tenemos que dejar de tomar a los chicos como rehenes: los chicos tienen que estar en el aula. En 1886 se construyó lo que es el actual Ministerio de Educación de la Nación, se pensó como escuela primaria y ese edificio que es un palacio, así es como se consideraba la educación. La pregunta que tenemos que hacernos como argentinos es ¿qué pasó para llegar a tener los sueldos que tienen los docentes, la poca estabilidad que tienen los docentes, las aulas que tienen los docentes, la incertidumbre que tienen los docentes y los pocos recursos que tienen los docentes? Por un lado nosotros tenemos que trabajar mucho para volver a darle el rol docente el prestigio que nunca tenía que haber dejado de perder, porque la enseñanza en la docencia es la profesión madre y de ahí salen todas las otras profesiones. Pero por otro lado tenemos que entender que no podemos seguir teniendo los chicos como rehén. Si nosotros no cambiamos la historia, vamos a repetir la historia. La educación debe considerarse como una necesidad básica, así lo sostengo hace varios años. Así como las empresas de agua no pueden cortar el agua a todo el país porque están de paro o de la misma manera aquellas personas que trabajan en las empresas de luz y están descontentos con el sueldo, no pueden dejar sin luz a todo el país. Los docentes tampoco deberían poder hacerlo porque es un derecho universal poder aprender. Aprender no es un privilegio, es un derecho y yo no le puedo sacar el derecho al alumno. Tenemos que sentarnos a armar políticas de estado con todos los partidos políticos y que trascienda al gobierno de turno. Pensemos qué educación queremos de acá a 50 años para el país. Pero seguimos haciendo lo mismo de siempre: querer que las cosas cambien sin cambiar las cosas”, concluyó.